Uno de los propósitos de año nuevo que me he propuesto es pasarlo bien ante la cámara; pasarlo bien, reirme un rato y hacer algunas cosas un poco menos serias. El artículo de hoy, que vamos a explicar, se titulaba «Compositor en peligro»
Hay maravillosas obras compuestas por geniales compositores. Yo hice composición y lo único que me atrevo a hacer, porque me lo piden y porque me es necesario para mi trabajo, son estudios, estudios muy simples de canto; no me considero compositor para nada. Hago estos estudios para ayudar a mis alumnos, puesto que sé que tienen ciertos problemas en ciertas zonas, y entonces hago una pequeña obra o estudio con letra para que cantando puedan subsanar esos problemas. Eso es todo lo que hago en relación a la composición.
Sí que estudio y he estudiado muchas obras y lo continúo haciendo pero, que quede claro, que jamás me voy a considerar un compositor. Yo con ser un humilde profesor de canto tengo más que suficiente y muy contento.
El atrevimiento de arreglar a Schubert
Hago este artículo porque, a veces, me vienen alumnos con ciertas obras, como que han hecho el «Ave María» de F. Schubert a seis voces; bueno a seis voces… Algunos de estos «compositores» atrevidos a hacerle cinco voces al «Ave María » de Schubert, luego también elevarían la melodía en algunos casos, seguramente porque Schubert no era capaz de hacer más voces.
Además están tan mal escritas para la voz que me gustaría decir a quienes hacen estas cosas, que por qué no, en lugar de meterse en la obra de alguien, no hacen la suya propia, y que muevan lo que quieran. Es como ir a casa del vecino a moverle las sillas.
He visto tales arreglos, tales barbaridades, que si al menos sonasen bien, pero es que no suenan ni bien.
Schubert, Mozart, etc. sabían perfectamente lo que hacían. Quien quiera hacer esas cosas que llaman «arreglos» que lo hagan de entero, que no hagan arreglo, sino su propia obra. Podrá estar mejor o peor, gustarnos más o menos o hacer mayor o menor función.
Que dejen las cosas tal y como están hechas que están bastante bien hechas y nos ayudan a los que trabajamos en esto, a progresar con las voces de los alumnos y con las nuestras propias.
El valor de los compositores y sus obras
Un compositor hecho, formado, con toda la experiencia del mundo sabe perfectamente lo que escribía y si escribía para una voz, era para esa voz. Diría muchos otros más fundamentos de la composición que leo y que he estudiado y sigo estudiando, y me gusta ver en otros compositores, porque no tengo la calidad para poder hacer lo que hacían ellos, pero sí me gusta ver cómo lo hacían.
Por eso puedo decir que a cualquier composición de los compositores que tenemos maravillosos y con un trabajo bien hecho demostrado no hay que tocarle nada. Nos puede gustar más o menos pero, por favor, déjenlo como estaba que está bastante bien.
Hay que componer, sí, pero cosas nuevas, cada uno que componga lo que quiera, pero esto de los arreglos y encima tan malos, me parecen una mala idea. Trato de tomármelo de la mejor manera, porque recuerdo que en su día, cuando escribí este artículo, recuerdo que me enfadé muchísimo.
Las personas que les dan en estos lugares estas cosas, estos arreglos, yo, los tiraría directamente a la basura sin ningún problema, ganaríais muchísimo y hay un montón de compositores buenísimos que podrían ayudaros en vuestros repertorios.
Artículo original disponible
Compositor en peligro
¡¡¡¡¡COMPOSITOR EN PELIGRO!!!!!, ¡¡¡¡¡ARREGLISTA AMATEUR SUELTO!!!!! He podido ver todo tipo de arreglos, he visto arreglar a Schubert, a Mozart, a Bach, a Verdi etc... Vaya que les hacía falta a estos señores que viniera el arreglista amateur de turno... y lo que a...
Jejejejeje. Toda la razón! Me acuerdo en la carrera, algo parecido, creo que además fue el mejor consejo que me llevo de esa licenciatura; «no intentes inventar nada nuevo, con que copies algo bueno es suficiente. Pero copia bien y lo bien hecho, no inventes cosas raras!» No es lo mismo, pero creo que el mensaje viene a ser igual; «no desvirtues lo bien hecho y si acaso copialo hasta que aprendas a hacer tú algo digno».
Sinceramente, pasado el tiempo, reconozco que tenía razón.