Desconocer nuestra voz, entre otras cosas, es no saber qué es poder impostarla. Es no saber si la imposto o no. Es no saber qué ocurre si la imposto o si no la imposto y muchas cosas más en relación a la impostación.
La impostación correcta es la forma más natural posible de utilizar tu voz en toda su extensión.
Como decía al principio, no saber sobre la impostación y su repercusión en nuestra voz, es uno de los impedimentos más importantes para un conocimiento pleno de ella y de la de los demás, con ello, un mejor conocimiento de nosotros mismos.
No nos acercamos a la impostación de manera correcta debido a una cuestión psicológica la cual proviene de una desinformación e ignorancia absoluta.
Hablar o cantar sin unos correctos mínimos de impostación es hacerlo mal, o lo que es lo mismo, hacerse daño y hacérselo a los demás.
Tenemos una información totalmente sesgada y muy equivocada de lo que es impostar la voz. Solemos confundir el termino impostar la voz con engolar la voz.
Solemos aplicarle la malísima práctica, en mi opinión, de las frases hechas, frases que no tienen sentido alguno, pues son vagas e inexpresivas en relación a una definición de algo que estamos tratando.
Os pongo un ejemplo.
“No hay que cantar con la garganta”; me explico.
Decir que hay que “poner una canción en gola”, puede significar para un cantante, practicar una nueva obra para “dársela a conocer a su garganta”, vamos, para ir aprendiéndola, ir familiarizándose con ella.
Si decimos que, en italiano, la palabra gola significa garganta, pues nos queda la definición de que estamos poniendo la canción en la garganta, o mejor dicho, que estamos cantando con la garganta.
Cantar utilizando la garganta es lo natural y también es la única manera de poder hacerlo, eso sí, con la garganta posicionada de manera correcta. Con qué vamos a cantar o declamar si no es con la garganta ¿con los pies?
Pero si decimos que estamos engolando la voz, nos referimos, y de manera despectiva en muchas ocasiones, a que estamos exagerando la emisión de un sonido vocal impostado.
Creo que, como todo en la vida, exagerar no es bueno y por ello, chillar tampoco es bueno y también es una exageración, podríamos decir que casi contraria a la de engolar, si tomamos engolar de manera despectiva.
IMPOSTAR NO ES ENGOLAR y por esta absurda y ridícula confusión, nos hacemos mucho daño.
Claro que se puede engolar por impostar mucho y también se puede chillar por no impostar nada.
La impostación en la emisión de sonido vocal debe de ser la adecuada a cada momento y ello nos llevará a cuidar nuestra voz y a disfrutar de ella y a hacer disfrutar a los demás.
Hay que entender que impostar de manera correcta en la emisión de un sonido vocal, es hacer posible dicho sonido de la manera más natural que puede hacerse.
La percepción de la impostación en el habla es algo más compleja si no se está muy acostumbrado a escuchar voces y sus características.
La percepción de la impostación en el canto es más “fácil” aunque lo que de verdad es detectado en mayor medida por personas menos avezadas en la escucha de voces y sus características, es el sonido engolado, aunque se suele confundir con sonido impostado que no está engolado.
El sonido engolado no es bueno, esto es evidente y se realiza en el canto y sobre todo en ciertos géneros como el de la ópera, en demasiadas ocasiones, lo que ha llevado a crear una idea errónea de que todo sonido que tiene el menor atisbo de sonido parecido a un sonido engolado, pero que no lo sea como tal, se le denomine engolado, con los perjuicios que eso conlleva.
Sería muy bueno y sano para todos tratar de ser tan escrupulosos en la búsqueda de chillidos, como en la búsqueda de sonidos engolados, además esto resultaría mucho más sencillo.
Para llegar a engolar un sonido de manera continuada y no solo en un momento, como broma, hay que ejercitarse mucho vocalmente hablando.
Para chillar… se chilla fácil y desagradablemente de manera continuada sin ningún problema, se suele estar, por desgracia, muy ejercitado.
Chillar no nos supone ningún tipo de vergüenza, es más, lo denominamos como una forma de expresión, como expresar de manera fuerte un sentir a través de la voz, entre otras “definiciones”.
Impostar la voz nos da vergüenza, lo asemejamos a engolar, exagerar, ya sabemos que solo podemos exagerar chillando, que eso si está permitido por nuestros valores psicológicos, vamos, que está bien visto y además nos vanagloriamos de ello como “nuestra forma de expresarnos”.
Si nos chillan en una conversación, nos irrita, pero si nos chillan todos los días cuando escuchamos una canción, en la que “la forma de expresar con su voz es chillar”, eso no nos irrita, eso es normal y, sobre todo, LO MÁS NATURAL DEL MUNDO, nos es cercano… he podido oír cada expresión para justificar este sin sentido que os quedaríais impresionados de lo que se puede decir para justificar un daño así.
Tenemos por lo tanto muy claro cuando se nos chilla en una conversación, y evidentemente, no nos suele gustar, pero eso, solo en una conversación…
También si se nos dice que no chillemos y creemos que no lo estamos haciendo cuando hablamos, lo que solemos decir es que estamos hablando alto.
Aquí hay muchas formas de ver las cosas, puesto que como decíamos, se chilla normalmente en demasía, tanto para hablar como para cantar, la denominación de hablar alto sin chillar es un tanto confusa en algunas personas.
En esto también entra, evidentemente, la capacidad auditiva en todo su esplendor, la comprensión de un sonido, la experiencia y memoria auditiva que se tenga, cómo esté conformada nuestra escucha a todos los niveles, tanto físico como psicológico.
Pero es cierto que hay personas que tiene un volumen de voz considerable y no están chillando, porque esto lo notamos todos, o casi todos; estas personas están impostando la voz de manera natural y por ello tienen más potencia vocal y no están chillando.
Tienen mucha más potencia que quien está chillando y además se les entiende todo a la perfección y no como a quien chilla.
En un primer momento de una discusión, para hacernos oír sin hacernos daño y que nos entiendan, solemos impostar la voz de manera natural, cuando ya llevamos un rato, como no estamos acostumbrados a impostar lo suficiente y si estamos acostumbrados, al menos ciertas personas, a continuar discutiendo sin límite, se acaba no impostando lo suficiente y se chilla con las consecuencias que ello acarrea a quien chilla y a quien escucha.
Como se puede observar, la impostación es inherente en la persona de manera física desde que nacemos, de bebés lloramos impostando el sonido, si no, ¿de qué podemos estar noches enteras llorando a pleno pulmón sin sufrir daño alguno? La impostación es una actividad que requiere, normalmente, de práctica para un uso adecuado y continuado, sobre todo en momentos de ejecución de manera más consciente y, sobre todo, requiere de comprensión y no de una mala interpretación como por desgracia es lo que mayormente sucede.