Imaginemos que en lugar de hablar sobre los niños prodigio en relación al canto, lo estamos haciendo en relación al piano y ponemos un ejemplo rocambolesco e imaginario.
Decimos que el niño es un virtuoso del “piano pequeño”, vamos que su teclado no tiene todas las teclas que tiene que tener, porque el piano en el que tiene que demostrar su virtuosismo pianístico, o sea un piano en condiciones, está en camino y el camino es muy, muy largo.
Esto, la mayoría de personas algo entendidas en el asunto, lo verían como rocambolesco, una tomadura de pelo, etc…, pero no todo el mundo lo vería así.
A quien no entiende casi nada del asunto, y tampoco piensa en demasía y cuando además dicho asunto se lo venden muy, muy, muy adornadito, todo esto le parece lo más normal del mundo, cuando evidentemente no lo es.
Bien pues un niño “prodigio” en el mundo de la voz, TIENE MÁS DE LA MITAD DE SU INSTRUMENTO EN EL CAMINO, EN ESE CAMINO TAN LARGO, con lo cual…?¿? ¿?¿? ¿? ¿? ¿¿de qué estamos hablando?
Para colmo, la mayoría de la voz que les falta a estos niños “prodigio”, solo encajará correctamente en la pequeña proporción que ya tienen, si ésta es tratada de manera correcta.
O lo que es lo mismo, se debería preparar la pequeña proporción de voz que tienen estos niños “prodigio” para que se realice un crecimiento correcto de la totalidad de la voz, cuando se den las condiciones naturales necesarias.
Pues bien, basta mirar algunos de los lugares y formas donde estos niños tratan de desarrollar la pequeña proporción de voz que tienen y con ello, fácilmente, podremos darnos cuenta de lo que en la mayoría de los casos está sucediendo.
Y lo que está sucediendo, en mi opinión, al menos desde el punto de vista vocal, creo que es bastante cuestionable.