¡¡¡ESA NO ES TU VOZ!!!… ¿A NO? ¿ENTONCES DE QUIÉN ES?
Esta es por desgracia una frase bastante dicha entre ignorantes y atrevidos personajes que les da por juzgar la voz de los demás sin tener la más leve idea de lo que están haciendo.
¿Y qué sabrán estos personajes si la voz que le escuchan a una persona es la que tiene que ser o no?
Porque no escuchamos la misma voz que antes, ¿ya no es la suya? Pues de quién es ¿del vecino?
Podemos estar escuchando hablar mal a una persona desde hace mucho tiempo, y en el momento que comienza a hacerlo bien y evidentemente cambia, para mejorar… ya están los «listos» de siempre diciendo la frasecita: «esa no es tu voz».
Igual que hablamos por naturaleza, hablamos mal por ignorantes y además nos da igual.
«Es incluso guay hablar con la voz ronca, te da un toque especial»… creo que el verdadero toque especial es el que nos falta en la cabeza para poder decir estas tonterías… pero se dicen y más de lo que creemos.
¿Cuándo no nos da igual «hablar mal»?
Pues cuando este «hablar mal» deriva en una afección, y si dicha afección se complica y se hace grave… pues peor. Y si dicha afección nos deja sin trabajo… pues peor.
Y si en una entrevista de trabajo nos dicen ¿que qué nos pasa en la boca? porque no se nos entiende bien… pues se nos queda una cara de… que para qué contar.
Y si nos dicen… que hable otro que a este no se le entiende nada o lo que es peor, si tú mismo le dices a otro, lee tú que yo no puedo… por no decirle otra cosa pues…
En cierto modo estamos cojos, sí, pero estar cojo para andar nos preocupa mucho, como es natural, pero estar cojo al hablar, en un principio no nos preocupa tanto, pero eso no implica que no continuemos cojeando y cada vez se note más y…
Tarde o temprano nos preocupará y si no nos llega a preocupar… el problema es francamente grave en todos los sentidos.