Las notas extremas ayudan a conformar la totalidad del color de una voz.
Esto es muy diferente y contrario a que sean las que nos digan cuál es la tesitura de una persona.
Como ayudan a conformar el color de una voz, simplemente ya por ello hay que tenerlas y dominarlas.
Pero si inicialmente y antes de empezar a trabajar de manera más intensa, no sabemos cuál es el color de una voz, ¿cómo vamos a poder decirle a una persona que las notas que ha dado son sus notas extremas? como por desgracia suele suceder.
Se dan casos en que una contralto o un bajo o un bajo barítono o un barítono, o una contralto-mezzo o una mezzo, están catalogados como tal y no lo son.
A estas voces se les ha sometido a unas vocalizaciones hacia notas extremas dentro del rango de voces agudas y técnicamente no han sabido realizar el sonido correctamente.
Que una de estas voces no sepa hacer bien técnicamente un sonido extremo, perteneciente al rango de notas extremas de una voz aguda, no quiere decir que no lo tenga y por ello se le diga a la persona, que no es una soprano o un tenor, esto suele ocurrir más entre los barítonos y mezzos.
Si antes de hacer ir hacia una nota extrema a estas voces, ya sabemos cuál es su color, podremos tener claro que lo que ocurre es que esta voz no sabe técnicamente ir hacia una nota extrema del rango de una voz aguda.
Para saber el color de una voz no hace falta llevarle a esta hasta notas extremas.
Lo anterior es lo menos habitual, lo más habitual es tener una voz grave, e incluso de las más graves y hacerle ir a notas extremas agudas y.… como apretando y forzando “llega como llega” a las notas agudas, se le dice por ello, que es una voz aguda.
Esto sucede en todas las voces graves que nos podamos imaginar, por exagerado que parezca.
Al igual que anteriormente decíamos que, si sabemos el color de esa voz, no hay porqué hacerle ir a notas extremas agudas. Dichas notas las podrá dar forzando su cuerpo, pero no serán buenas de calidad sonora y menos, serán saludables, evidentemente, se dañará a la voz.