Siempre digo y diré, que las voces se clasifican por su color, nunca por dónde llegan o no llegan.
Pero también digo, que el color lo conforma la totalidad de la tesitura.
No puede ser que las voces agudas tengan problemas en el agudo y las voces graves tengan problemas en los graves.
Les digo a los niños en sus clases, que la voz tiene básicamente tres patas donde se sustenta. Luego tiene más que se van desarrollando, pero de entrada tiene esas tres patas básicas.
Grave, medio y agudo.
Cada pata o registro tiene un color, juntos estos, nos da el color básico de esa voz.
Cada vez observamos a profesionales y estudiantes más justos para tener toda la tesitura y eso, no nos llevará a buen puerto.
Lo hemos dicho en otros muchos artículos y lo volvemos a decir, el ponerle apellidos a una tesitura no tiene que llevar consigo la limitación de esta.
Parece ser que si a una soprano o a un tenor se le denomina dramático de “apellido”, ya tiene que estar limitado en ciertos agudos…¡pues no! Este error que comentamos se comete en todas las tesituras y cada vez más.
Para qué hablar de los famosos “apellidos” “corto “y “largo”, dichos apellidos no hacen más que enmascarar una mala clasificación vocal y una técnica más que mediocre.
No nos inventemos subterfugios absurdos que no ayudan a nadie.
Tenemos unas clasificaciones vocales básicas, bien claras y éstas deben estar desarrolladas al máximo, si no es así, tendremos muchas carencias y graves problemas.
Luego un cantante con su tesitura completa, desarrolla un color que empasta mejor con un tipo de obra o no, eso está bien valorarlo, pero, de entrada, lo principal deberá ser, que el cantante tenga toda la tesitura, pues eso será lo único que nos proporcione el verdadero color de esa voz.