“Sólo nos acordamos de Santa Barbara cuando truena”
Parece ser que una de las panaceas o remedios del tiempo actual que nos atañe es el teletrabajo.
Me comentaba una alumna hace poco, que ella está convencida de que, con el teletrabajo, habla más que cuando trabaja en la oficina. Pudiera ser, desde luego ella lo tiene clarísimo.
Por mi parte no sé si se habla más o no, pero lo que si sé es que se habla de manera muy diferente y precisamente no para bien.
¿Estamos preparados para el teletrabajo?
En relación a la realización de un trabajo escrito, puede ser, no digo que no, de todo habrá. Pero en relación a un trabajo hablado, PUEDO DECIR CLARÍSIMAMENTE, QUE NO.
No sólo no estamos preparados, sino que estamos lejos de poder estarlo.
Hemos pasado, a nivel general, de hablar por teléfono, bueno más bien, de chillar por teléfono, a chillar frente a una pantalla.
Podríamos pensar, que pasamos, de “hablarle” a una persona al oído a través del teléfono, a hablarle a la cara, tan solo porque le estamos viendo.
Como le vemos parece ser que pensamos que está más cerca, casi como si estuviéramos hablando en el mismo espacio físico los dos, y eso no es así, de hecho, seguimos chillándole a la pantalla como al teléfono.
Continuamos hablando por teléfono, pero si cabe con más tensión e incertidumbre, debido entre otras cosas, a la falta de costumbre de esta novedosa forma de comunicarnos.
No hay tiempo real en una conversación, si no se está en el mismo espacio que la persona con la que se está hablando, con una delimitación mínima, de ese espacio, para el habla.
No deberíamos olvidarnos que dentro de todos los animales y el ser humano incluido como animal racional, el que en menor medida tiene desarrollado el sentido auditivo, es el ser humano.
Claro está que hay salvedades.
Si en un mismo espacio físico, con la distancia adecuada para hablar y dándose todas las ventajas para ello, hay problemas de habla y de escucha, ¿cómo no los va a haber si lo que le ponemos en lugar de ventajas son dificultades?
No, no estamos acostumbrados a hablar ni a escuchar de manera correcta en la mayoría de las ocasiones con las condiciones a favor, evidentemente, menos con las condiciones en contra, se den éstas, por novedad y por tanto desconocimiento o por limitaciones técnicas.
SI NO OÍMOS Y ESCUCHAMOS CORRECTAMENTE, NO HABLAMOS BIEN Y SI NO HABLAMOS BIEN, NO OÍMOS Y ESCUCHAMOS CORRECTAMENTE, CON LO CUAL LA COMPRENSIÓN…
Por cierto, esto que se da por tildar de novedoso del teletrabajo ¿proviene de “tele…mático” de “tele…pantalla tv, de “telé…fono”? ¿CUAL ES LA NOVEDAD? Alguna habrá, Pero con la mayoría de todas estas formas se lleva trabajando hace muchos años y hay que decir, que, en relación a la voz, no hemos aprendido mucho.