CADA UNO ESTAMOS «MAS O MENOS RELLENITOS»… POR LO QUE ESTAMOS, PERO NO PORQUE SEA NECESARIO PARA CANTAR.
El ejercicio respiratorio en el canto produce una serie de presiones hacia los miembros inferiores del cuerpo.
El alineamiento correcto de todo el cuerpo favorecerá que en este constante ejercicio respiratorio no se produzca daño alguno sobre ninguna parte del cuerpo y en especial sobre las extremidades inferiores.
Debemos cantar de pie siempre que se pueda.
Cuando por alguna necesidad no podamos cantar de pie, en la postura en que tengamos que estar para cantar pasará por que el tórax esté recto y no encorvado.
Las extremidades inferiores deben estar debidamente alineadas con el tronco y la cabeza, con ello conseguiremos un buen equilibrio de fuerzas y un desarrollo correcto de la fonación, sin repercusión negativa de este esfuerzo, en el resto del cuerpo.
Tanto la cadera, como las rodillas y los pies no deben tener posturas forzadas que puedan producir en ellos daño alguno.
Como decíamos al principio lo de «sacar la barriga» para respirar, manteniéndola hacia fuera con la musculatura tersa, puede producir ciertos daños en la espalda y no tiene por qué ser así.
No me estoy refiriendo a las técnicas de relajación, no entiendo sobre ellas y no debo opinar por lo tanto, me estoy refiriendo a cierta «técnica empleada en el canto» que deforma el cuerpo y lo daña.
Respiremos de forma normal, aunque en el canto lo hagamos de manera más consciente y en mayor medida, no significa que tengamos que forzar la respiración para realizarlo.
Tampoco el cantar o hablar en mayor medida y sobre todo de forma profesional, significa tener que forzar para hacerlo.
Todo este trabajo a realizar en la fonación siempre debe de ser «a favor de natura» nunca forzando.
(imagen de cabecera: : Giancarlo Monsalve in the title role of Giuseppe Verdi‘s 1867 opera Don Carlo, Teatro São Carlo, Lisbon, Portugal 2011. Premier. Autor: Francescalippi77)