En referencia a otras críticas publicadas recientemente al respecto de Salomé de R. Strauss, ofrecida por ABAO, me llama la atención una dura crítica al director Erik Nielsen, director titular de la Orquesta Sinfónica de Bilbao.
En dicha crítica en la que se le dice a un profesional, como es este señor, con toda su preparación y, sobre todo, con la partitura delante, y evidentemente sabiéndola leer y de manera magistral, tal y como hacen los directores de orquesta, y tras comentar que la partitura de Salomé de Richard Strauss tiene gran fuerza, (por si no lo sabía) y que dicha fuerza no sabe mantenerla ni avivarla llevando la música de dicha obra al tedio y al sin sentido, también se comenta, que es un director competente… ¡pues menos mal!, ya con esto nos quedamos más tranquilos porque si le llega a considerar un director incompetente… madre mía que se habría dicho de él.
Es evidente que no comparto para nada dicha crítica y me explico.
Es tan sencillo como coger la partitura, la partitura orquestal y ver cómo prácticamente hasta cuando se le dice al señor Nielsen, más o menos que ya ha despertado, hasta entonces, las palabras más escritas en relación a los matices de la obra son, «con sordina o atenuado» y «piano o pianísimo» «calando» en algunos lugares, prácticamente hasta bastante más allá de la mitad de la obra, es difícil ver un «forte».
En relación al tempo, más o menos ocurre lo mismo, nos tenemos que ir hasta prácticamente el final o un poco antes para ver con más frecuencia «accelerando» «molto accelerando» y finalmente «apasionato».
¿Tedio? cumpliendo como ha cumplido el señor Nielsen con toda la variación rítmica que tiene la obra, y que eso sí es de destacar, es prácticamente imposible llegar a crear tedio.
Junto con toda esta riqueza de cambios de compás, algo muy frecuente y a destacar en R.Strauss dado su acercamiento al expresionismo, nunca siendo un máximo exponente de este cómo fue Arnold Schönberg, como decía, junto a esta variedad de tiempos de compás nos encontramos con esos «crescendo», los cuales suelen partir de tiempos lentos y volver a ellos… solo con esto en un «pis pas» adiós al tedio y al sin sentido.
¿Fuego? «Apasionato» lo pone bien clarito en la última parte, muy en la última parte, pero hasta la llegada de este «apasionato» ya ha venido la obra por su correcto camino.
No pone «apasionato» desde el principio, ni tampoco «vivace», ni hay «tempo vivo , hay más tiempos «largos» que derivan en «crescendo», típico también en R.Strauss y en su momento de creación, ello junto a los maravillosos y numerosos cambios de compás o cambios de ritmo y junto a su constante llevar a los diferentes instrumentos a casi sus límites de tesitura, conforman una obra y una interpretación CON EL MAYOR DE LOS SENTIDOS.
En cuanto al cromatismo… en R.Strauss, y en Salomé, que es la obra de la que estamos hablando, tenemos un acercamiento al expresionismo pero nunca muy pronunciado, sobre todo en relación a otros músicos que sí están encuadrados dentro del expresionismo, como pudiera ser Schönberg y en quien la utilización del cromatismo es mucho más acentuada. En mi opinión son más destacados los cambios de ritmo que los cromatismos en esta obra. Estaba investigando y era cauteloso.
Yo he podido escuchar maravillosamente todo este tipo de matices que conlleva la obra de Salomé de R.Strauss en la interpretación que ha dirigido el señor Nielsen.
Gracias por su trabajo señor Nielsen, hemos disfrutado con él.
Si nos centramos en el reparto de voces continúo diciendo que he podido escuchar un buen trabajo. Merecido mérito del elenco y por supuesto, también el de la ABAO, con cuyo trabajo nos hizo disfrutar de una trepidante, sensual e hipnótica Salomé en la noche del estreno.
He visto y oído coherencia en dicho trabajo. ¿A que me refiero?, me explico.
Podemos tener una idea de la sonoridad que nos gustaría escuchar en la obra, lo mejor, evidentemente es hacer caso de lo que dice la partitura, pero está claro que luego no es tan fácil conseguir esta instrumentación vocal, en referencia a las voces que se requieren.
Con lo cual optamos por un modelo de sonoridad vocal que podemos tener y tratamos de que este tenga la mayor coherencia posible.
Las comparaciones son siempre odiosas, y en mi opinión, una de las causas de ello es que no sabemos en absoluto la circunstancias que rodean a los elementos que se están comparando.
Me vuelvo a explicar.
Nos da por comparar roles de cantantes que se hacen aquí, con los que se hacen en otros teatros, pero no nos da por comparar los presupuestos que tiene unos teatros y los que se tienen otros.
Hay que estar contento con el presupuesto que se tiene, evidentemente si este tiene unos mínimos para poder trabajar, pero si pudiera tener algo más, pues… no vendría mal. Pero también se puede contribuir de algunas maneras a que cada vez aspiremos a un mejor presupuesto que redunde en bien para todos, tanto profesionales como aficionados.
Con el presupuesto actual, en mi opinión, estamos viendo un buen trabajo, un trabajo adecuado al proyecto que se marca y que es el que mejor se puede hacer, de eso estoy seguro. Lo ideal es con lo que hay, hacerlo lo mejor posible, pero no pedir imposibles.
Leí no hace mucho, que fue un auténtico acierto y sobre todo una suerte haber podido contar con Michael Fabiano en Bilbao.
CLARO QUE SÍ, dígase a voz en grito, BUEN TRABAJO, no es tan sencillo traer a ciertos cantantes y luchar con otros teatros por ellos, con unos presupuestos mucho menores que la competencia, no es para nada sencillo.
Pero también es un buen trabajo apostar por voces desconocidas o menos conocidas, en ciertos ámbitos y ayudar a que se desarrollen profesionalmente, esto da una satisfacción inmensa y se está haciendo, apoyémoslo y no comparemos tanto, sin saber bien lo que estamos comparando.
Continúo explicando lo que escribo en relación a un proyecto a seguir.
Me ha gustado el trabajo realizado por la mezzo-soprano Jennifer Holloway, en el rol principal. Un papel en el que es mucho lo que hay que cantar, y cómo hay que cantarlo, con una carga orquestal considerable. Se necesitan además para el papel grandes dosis interpretativas que sin duda supo ofrecer. Holloway ha defendido muy dignamente su papel, dando todo lo que podía dar dentro de un entorno orquestal más favorable para una voz puramente de soprano (soprano dramática) que para la suya.
No es fácil cantar con unos timbres instrumentales casi en los extremos de las tesituras, sobre todo en pasajes agudos.
Es conocido la afición de R.Strauss por la voz de soprano y claro ejemplo de ello queda en la escritura realizada para Salomé. También es claro el acompañamiento a dicha cuerda, pero no deja por ello, de ser bueno lo que hemos visto, hemos visto una forma diferente de interpretar este papel por otro tipo de voz, una voz próxima a la requerida en la partitura, pero con otro color y características en la emisión del sonido, sobre todo en relación a la orquesta; el resultado es un buen trabajo, en mi opinión, dentro de un contexto determinado y válido. Brava!
En cuanto al papel de Jochanaan, interpretado por Egils Silins, también he visto y oído un buen trabajo.
La partitura dice claramente que es un papel para bajo-barítono y he podido oír claramente una voz de bajo-barítono.
Silins no lo ha tenido fácil en su «batalla» con la escenografía. En un principio desde el interior, sin ayuda de la escenografía para dejar libre el correr de la voz por el escenario y después dentro de un habitáculo reducido e incómodo, dado también que no me parece una persona pequeña físicamente hablando, y teniendo que hacer movimientos dentro del cubículo poco naturales, posturas al menos no fáciles para cantar tranquilamente.
Aun y así ha realizado una correcta y satisfactoria representación de su papel no teniéndolo fácil escenográficamente hablando.
En cuanto a Herodes, representado por Daniel Brenna, he visto algo de lo que se escribe sobre él en el programa de mano.
Ha realizado correctamente su papel dentro de su tipo de voz, se ha optado en esta ocasión por una voz con timbre más heroico y es una opción, frente a un tenor lírico puro y esto da un tipo de personaje que es el representado. Vuelvo a repetir, dentro de las circunstancias elegidas lo ha realizado correctamente.
Narraboth es interpretado por Mikeldi Atxalandabaso, como decía en comentarios anteriores de los demás integrantes, muy en la línea de lo programado hemos visto la elección de un tenor de voz diferente a la de Daniel Brenna, y lo veo bien, le da otra visión al personaje en relación a la otra voz de tenor. Realiza un buen trabajo haciendo correr su voz con facilidad por el auditorio y marcando, como decía, una diferencia clara en los personajes.
En los demás papeles he visto seriedad y buen hacer, acompañado esto en general de buenas voces.
Gracias por una noche especial, un placer haber estado viendo y escuchando esta Salomé ofrecida por ABAO-OLBE.
Hasta pronto.
(Imagen de cabecera: ABAO-OLBE. Salome 2018 © E. Moreno Esquibel)