Como hemos estado hablando de acompañantes y solistas, voy a continuar comentando algo más o menos relacionado.
Hace tiempo comenté en un artículo, que no era bueno cantar a la vez que una grabación de otro cantante, haciendo la misma obra, sobre todo en obras complicadas y con notas extremas. Lo decía por muchas razones, sobre todo en el ámbito vocal. Es evidente que nos podemos hacer mucho daño y vocalmente hablando no es aconsejable.
Pero desde el punto de vista del oído y con las obras adecuadas, se puede hacer un buen trabajo de cara a la afinación.
Me explico.
Si tenemos un alumno con ciertos problemas de entonación, que estos no sean muy acusados, por ejemplo, que realice correctamente la mayoría de la canción, pero en alguna parte no entone todo lo justo que debería, esto en muchas ocasiones suele venir producido por falta de costumbre a la hora de escuchar correctamente el acompañamiento.
Escuchando bien el acompañamiento, en la mayoría de las obras a cantar, esto no tiene por qué suceder.
Un cantante que comienza, no prestar toda la atención necesaria al acompañamiento, es algo normal, no todo cantante que empieza está acostumbrado a escuchar el timbre de ciertos instrumentos con los que tiene que trabajar.
El cantante que no ha trabajado otro instrumento, normalmente empieza con una edad avanzada en relación a otros instrumentistas, no suele estar acostumbrado a escuchar cierto tipo de instrumentación acompañante, como si lo están otros instrumentistas.
Es cierto que esto está cambiando afortunadamente, pero…
Con estos condicionantes, tenemos un cantante muy pendiente de su instrumento, de mejor o peor manera y muy poco pendiente de los demás que le acompañan.
Pero si en una canción donde la tesitura esté cómoda para el alumno, le hacemos cantar con un profesional de fondo, a esta voz como instrumento acompañante, si le va a hacer caso, pues conoce mejor dicho instrumento y esto le va a permitir seguir la música de manera más correcta y corregir esos pequeños desafines.
SE LLEGA A BUEN PUERTO.