¡¡Es verdad!!, tengo algunos ratos, estoy en el estudio y me piden si pueden dar una clase, pues por qué no, ¡me lo paso genial!
Para que veáis que me lo paso genial, estoy ahora poniéndoles una arietta italiana, O cessate di piagarmi, de Alessandro Scarlatti, que yo, puede que la esté cantando desde hace más de treinta y tres años, y me sigue dando satisfacciones, tanto al interpretarla como al utilizarla con los alumnos.
Es una obra, como todas las de Scarlatti, al menos para mí, magníficamente escrita, y un auténtico estudio de aire.
Yo se la pongo un poco más lenta de lo que es, aun y así, como requiere mucha rapidez en soltar y coger aire, pues… hay de todo.
Unos quieren hacer estos pasajes difíciles de un fiato para no tener que soltar y coger.
Resultado, después del fiato todavía están más lentos en coger, y se les va el ritmo, se enfadan y les cuesta entender que han tomado una decisión para la que todavía no están preparados.
Otros con los miedos de que llega la zona difícil, alargan la nota final y evidentemente se comen el poco espacio que tienen para respirar... y a correr para estar a ritmo, ya que es una auténtica carrera para coger el ritmo, terminan como si hubiesen cantado la obra tres veces… Y piensan ”no entiendo cómo me puede costar tanto” con cara de agotamiento.
Hay alguno que más “pillo” se come un poco de la nota final y … va llevando el ritmo y la frecuencia respiratoria pero… claro tanto comer, comer, comer… que se indigesta y comienza antes de tiempo en las entradas, le empieza a sonar “raro” y ya no sabe bien por donde anda, si a tiempo o a destiempo.
Pero es gracioso cómo agudizan el ingenio y me encanta, porque de lo que son conscientes es que tienen que llevar una frecuencia respiratoria y no perderla para poder conseguir ir al tiempo de la obra.
¡Es genial! Cada uno disfruta de las vacaciones como quiere ¿no?