He dejado la semana pasada una serie de vídeos de diferentes cantantes interpretando una o dos obras de la opera El trovador de Verdi.
La obra en común en todos los cantantes que poníamos era “di quella pira”.
Esta pieza es una “piedra de toque” para los tenores, y desde luego con los ejemplos que hemos puesto queda suficientemente claro, pero por si alguno necesita algo más de ayuda, lo explicaremos con detenimiento.
Es una obra escrita en una tonalidad, que para entendernos todos, es la que cantan los cantantes llamados Franco Corelli y Franco Bonisolli, el resto lo hace… parece que medio tono bajo si no más en algunas partes.
De entrada ya hacer esto de cantar una ópera o parte de una ópera en un tono… diferente del original, por lo menos es lo que escucho en los vídeos, en mi opinión no es correcto y estos profesionales no deberían hacerlo y si lo hacen, las personas que lo escuchan deberían saberlo.
Esta obra en la partitura original no tiene los agudos a los que tienen alergia ciertos cantantes considerados divos, pero la tradición dice que hay que darlos y además si estos mismos cantantes se pavonean mucho dando los agudos, que les vienen bien (por la tradición), pues entonces que den los que no les vienen tan bien, y si no pueden, pues a estudiar más y a pavonearse menos.
Para mi esto es un engaño y no entiendo muy bien por qué se permite.
Yo me pregunto, sabiéndose ellos alérgicos a esos agudos y sabiendo los teatros que estos cantantes hacen este tipo de cosas ¿cómo tienen tan poco respeto por el público y por la profesión en relación a esta carencia?
¡Cuánto hemos perdido en ciertos años! Y encima, alguno de los alérgicos se quiere perpetuar… a lo que estamos llegando.
Pero estoy seguro que todo esto tiende y está comenzando a cambiar… si lo permiten algunos.
(Imagen cabecera: Trey Ratcliff – Teatro Nacional. Clown – Designed by Freepik)