En relación al último artículo en el que mencionábamos la gran influencia del canto sobre la parte psicológica de la persona y sobre la parte física, hoy os comento un ejemplo en relación a la parte física.
Hace muchos años, debido a una enfermedad, no relacionada con la voz, tuve que estar sin poder cantar durante un tiempo.
Psicológicamente no estaba nada bien, puesto que echaba en falta la actividad, pero escuchaba e investigaba y con ello iba pasando como podía ese periodo.
Lo que no podía imaginar era que el cuerpo me iba a decir, que no poder ejercitar el canto no sólo me iba a repercutir psicológicamente, sino también físicamente.
Lo que me ocurrió fue lo mismo que hace poco tiempo le ocurrió a un alumno.
Tras la vuelta del confinamiento, hemos vivido experiencias muy interesantes en relación a la voz. Esta que os comento ahora, es muy significativa.
A este alumno, un día le despierta un fuerte dolor de espalda, prolongándose día tras día durante el confinamiento.
Como no remitía, decide ir al fisioterapeuta que le suele tratar, pues ya tenía otros problemas con la espalda, pero estos de entonces eran en una zona más baja.
Estando con el fisio, comienzan ambos a intentar averiguar qué es lo que está sucediendo, pues no correspondían los dolores con los que él solía tener.
Descartan varias opciones hasta que el fisio le pregunta por lo que ha estado haciendo durante el confinamiento y lo que no ha hecho y antes sí hacía.
Llegan a la conclusión que todo era normal menos la falta de ejercitación de la musculatura respiratoria para cantar, puesto que durante el confinamiento no había cantado.
Le hace respirar como si fuese a cantar y automáticamente localizan el lugar del dolor.
Su respiración es muy buena cuando canta y le permite tener una voz maravillosa, muy por encima de la media.
Su parte alta de la espalda, que ejercita especialmente cantando, le mantiene erguido y sano, sin dolores en la zona, cosa que al dejar de ejercitarla le produce dolor.
Comenzó las clases de canto y desapareció el dolor, qué más se puede pedir.
En mi caso hace años, ocurrió lo mismo, retomé las sesiones de canto durante el periodo de dolencia que tuve, siempre de manera moderada y desaparecieron los dolores de espalda.
Si se está haciendo un ejercicio muscular correcto y nos está dando unos beneficios físicos, al dejar de ejercitarlo se producen carencias y daños.
Encima este ejercicio muscular de la respiración te permite disfrutar cantando ¡¡¡QUÉ MÁS SE PUEDE PEDIR!!!
“CANTA SIRENITA, CANTA”