Me comenta un alumno que está en cierto momento ejercitándose con un ejercicio respiratorio, que nota cómo se le escapa el aire, que le parece como si tuviera un agujero en el pecho… y ya no tiene aire para continuar con el ejercicio.
¿Qué me pasa?…
Pues en primer lugar ha tomado aire y tras esta inspiración siente la presión del aire inspirado en su interior; comienza a contar y ya no se preocupa de nada más hasta que se da cuenta que no siente lo mismo que al principio. No siente la misma presión en el interior, más bien no siente presión ninguna, y los números que había comenzado a contar sin ningún problema ya tiene dificultades para nombrarlos y lo siguiente es que no puede continuar contando.
¿Qué ha pasado?
Pues simplemente que no ha sido capaz de mantener una presión uniforme del aire en su interior, con lo cual los primeros números que ha contado han salido con una presión alta y al poco tiempo esa presión ha desaparecido, con lo cual prácticamente no podía ni pronunciarlos y al momento se ha tenido que parar.
Cantar o declamar sobre todo, aunque también hablar, necesitan de una determinada presión de aire y esta es proporcional a la cantidad de aire que podamos inspirar y mantener en nuestro interior a la vez que le damos una salida regulada y uniforme.
Conseguir una uniformidad en esa corriente de aire será la base para lograr una línea correcta de sonido, tanto en declamación como en canto.
Con esa correcta corriente de aire trabajaremos en todos los sentidos necesarios con los demás órganos del cuerpo que intervienen en la fonación hasta lograr nuestro objetivo.
Pero nunca hay que olvidar que la voz es aire a presión y que nosotros somos los que cogemos ese aire y los que podemos darle la presión necesaria para poder continuar con los demás procesos que intervienen en una correcta fonación.
Eso digo siempre…POR QUÉ TAL LEJOS, Eduardo????
Jo!!!
Qué interesante, porque a mi, creo que me pasa algo así…
Por qué estás tan lejos EDUARDO??????