Como comentábamos en un artículo anterior, todo el mal funcionamiento al que sometemos a nuestro aparato fonador, sea de manera consciente o inconsciente, tiene un pago más tarde o más temprano a cuenta de nuestra salud.
Os voy a comentar algo sobre una dolencia que nos puede suceder a todos, pero que evidentemente tienen muchas más papeletas que le ocurra a quien hace una mala utilización de sus cuerdas vocales que a quien no.
Me refiero a la paralización de las cuerdas vocales, normalmente de una de ellas, es mucho menos habitual la paralización de las dos, aunque se da.
Vamos a hablar de la paralización de una de ellas.
En mi experiencia con alumnos que han venido con la paralización de una de sus cuerdas vocales, es importante saber cómo se ha producido.
Hay ocasiones en que no está directamente relacionada dicha paralización, con la ejercitación de la fonación, y son otras circunstancias las que provocan esta paralización.
Descartando estas circunstancias de salud general que pudieran provocar la paralización de una cuerda vocal y que serán los médicos que corresponda, los que tengan que actuar sobre ello, nosotros nos centraremos en problemas provenientes de una mala actuación sobre nuestro aparato fonador.
Esta mala utilización de nuestro aparato fonador puede darnos problemas de manera directa o indirecta y me explico.
De manera directa podemos producir una fatiga vocal severa y encaminarnos hacia una dolencia grave en las cuerdas, y en nuestra laringe en general.
Llegado a este extremo, no se puede descartar, que no pudiera desencadenarse en dicho proceso de mala utilización de nuestro aparato fonador de manera reiterada, la paralización de una de las cuerdas vocales.
De manera indirecta, entre otros factores, están ciertas cirugías.
Las cirugías son necesarias para nuestra salud y conllevan ciertos riesgos en relación a las cuerdas vocales, riesgos casi siempre temporales, que son inevitables y que los médicos tratan de minimizar al máximo.
Nosotros podemos ayudarles a que estas secuelas desaparezcan lo antes posible, teniendo nuestras cuerdas vocales en perfecto estado de salud y siguiendo tras la operación las pautas necesarias que nos marquen los especialistas.