Viniendo del artículo anterior, decíamos que teníamos una realidad y era que teníamos que aprendernos una canción de la cual no se disponía de partitura y aunque la hubiera, no sabríamos leerla.
Optamos entonces por la escucha de la obra por un intérprete, partíamos que no había más versiones por el momento.
Una opción, como veíamos en el artículo anterior, era copiar la mala manera de interpretar del interprete “oficial” y destrozarnos como él o ella, que también las hay.
“EL DESTROZO ENTONCES ERA “OFICIAL” Y CON ELLO PODÍAMOS ESTAR “MÁS TRANQUILOS”.
“MAL DE MUCHOS CONSUELO DE TONTOS” Y SI ADEMÁS LOS MUCHOS SON “OFICIALES” “ENTONCES ES QUE NOS ESTAMOS HACIENDO DAÑO DE MANERA CORRECTA”
“PODEMOS ESTAR TRANQUILOS ENTONCES, QUE YA LLEGARÁ “EL TÍO PACO CON LA REBAJAS”.
Otra opción a lo anterior, pero que no está bien vista, la bien vista es la opción anterior, es aprendernos la canción tratando y en la medida que se pueda, hacer caso omiso de la mala forma de “cantar” que tenga el intérprete.
Nos aprendemos el acompañamiento, la melodía y la letra y la hacemos como nos venga bien a nosotros.
El resultado de esto, normalmente es una mejora sustancial de la obra en general.
La prueba fehaciente de lo que acabo de decir lo podemos observar en las redes todos los días.
Muchos y muchos covers que son mejores, mucho mejores que los intérpretes “originales” y eso está ahí y lo puede ver todo el mundo.
¿Para qué sirve copiar defectos?
Si tengo muchas virtudes que poder mostrar ¿por qué no las muestro y dejo de copiar defectos de quien no tiene las virtudes que yo tengo?
El hecho de que algo se oiga mucho, no significa necesariamente que este bien, significa simplemente, que se da mucho a conocer o también, QUE SE VENDE BIEN.
Esto de poder vender tan bien cosas tan malas…. ¿COMO ME PREOCUPA? ¿A QUE SERÁ DEBIDO?
Os dejo la respuesta a vosotros.