Hoy le comentaba a un alumno, un cambio importante en su voz, le he visto la cara que ha puesto y he pensado lo que a su vez él podría estar pensando.
Y esto no era otra cosa que pensar, por parte del alumno, que dicho cambio, seguramente, lo podía haber realizado antes y que no se había dado cuenta de cómo lo tenía que hacer, hasta ahora.
Efectivamente, el cuerpo no le ha dejado hacer lo que ha hecho hoy, eso, hasta hoy.
Claro que lo ha intentado antes y muchas veces, pero el cuerpo no estaba preparado y no lo podía realizar como lo ha hecho hoy, cuando ya su cuerpo sí estaba preparado para ello.
El tiempo durante el estudio del canto, si dicho estudio se realiza bien, no pasa en balde, es un cúmulo de experiencias que nos van formando para ejercitar nuestro cuerpo, de la mejor manera posible en relación a la emisión vocal.
Pero cuando conseguimos algo, nos olvidamos los pasos dados hasta dicho momento y nos puede dar por pensar que lo podíamos haber logrado por otros caminos y mucho antes.
Repito, si se ha trabajado bien, el tiempo ha sido el que tenía que ser y el logro el que se ha producido.
Nunca es bueno olvidar un buen bagaje de trabajo y menos cuestionarlo por otros bagajes, que ni por dar, dan resultado positivo alguno.
Durante un buen bagaje de trabajo con su correspondiente tiempo de duración, entre otras cosas podremos apreciar fácilmente cuándo se nos miente y no se nos demuestra nada, día tras día, porque como le comentaba a una alumna no hace mucho tiempo atrás, LA MENTIRA TIENE LAS PATAS MUY CORTAS y con un tiempo de trabajo suficiente, no debemos tardar en descubrirla.
La verdad perdurará siempre en el tiempo y a mayor tiempo más grande será ésta.