En este mundo del canto y la declamación sabemos bien que faltan unas cosas y sobran otras muchas.
Yo tengo muy claro que una de las que falta es la humildad, y desde que pude tener la experiencia que ahora os relato, todavía lo tengo mucho más claro.
Tuvimos mi esposa y yo la grandísima suerte de poder conocer en persona y charlar brevemente con él, y sobre todo escucharle y admirarle a D. Antonio López, el gran pintor y maravillosa persona.
Humildad rebosante, hombre de talla físicamente pequeña y de talla humana inconmensurable.
No pude alejar la mirada prácticamente en toda la cena de él y cuando pudimos saludarle y hablar un poco, informado él de mi profesión me comento que a él se le estaba agravando la voz con el tiempo y que lo notaba mucho.
En cuanto a la voz fue todo lo que hablamos, con alguna contestación mía, pero todo esto, se produjo en un mantener la mirada entre los dos; su mirada es…cautivadora, te da la sensación que te escanea, que te mira en tu profundidad, te «admira»; cuando le miraba durante la cena, me parecía una persona frágil, excepto en sus manos, de desmesurada fuerza y grosor para el resto de su cuerpo, pero… cuando sentí su mirar sobre mi, aquel hombre era inmenso, fortísimo y sobre todo lleno de una humildad, que yo no era capaz de encajar en aquella fortaleza humana.
Después de esta experiencia, miro alrededor, en este mundo profesional en el que me muevo y…todavía entiendo menos la falta de humildad en que nos movemos y como lo hacemos de forma tan natural.
QUÉ LECCIÓN DE HUMILDAD NOS DEJÓ, PARA UN MUNDO QUE LO NECESITA COMO EL COMER.
APRENDER EMPIEZA EN LA HUMILDAD Y DE APRENDER NO SE TERMINA NUNCA.
Después de esta experiencia más que mística, me quedo con ella y el maravilloso placer que me aporta poder enseñar y ayudar humildemente a los alumnos y con todo lo que ellos me enseñan a diario.
Como le pude contestar a una pregunta de D. Antonio, os digo a todos.
Hago lo que puedo y estoy satisfecho de ello y feliz con poder seguir aprendiendo.
Imagen de cabecera ( Antonio López – Terraza de Lucio (1962-1990), colección privada, Autor permisivo: Miguelazo84)