(Mañana comenzaré la crítica a la función de Salomé de Richard Strauss que ABAO-OLBE estrenó el pasado sábado 17 de febrero en el Auditorio del Palacio Euskalduna de Bilbao, pero he creído necesario comentar lo siguiente antecediendo a la crítica del espectáculo en sí.)
Nos hemos ido de nuevo al buen auditorio que es el Euskalduna de Bilbao a ver Salomé, repito, buen auditorio que es el Euskalduna de Bilbao. Exigente, ¡sí! Pero todo escenario lo es, que, ¿habrá cosas que mejorar? ¿y dónde no? Seguro que, si las hay, se estará pendiente de mejorarlas.
Siempre lo digo, dejemos que trabajen a quien le corresponda y apoyemos este trabajo, así todo será más fácil.
Más adelante hablaré de tanta crítica a este auditorio, sobre todo crítica de quien no ha cantado ni interpretado nada musical ni en este escenario ni en ningún otro, a no ser en algún garaje o comedor de cualquier bar, que para todo hay.
Le empezamos a poner el nombre de «difícil» y acaba siendo que tiene mala acústica…, pero claro es una mala acústica selectiva… ¡qué curioso! Ya que unas voces se escuchan perfectamente incluyendo pianos y demás formas más complejas de hacer llegar el sonido a todo el aforo, y otras no.
Y hablo de hacer llegar el sonido a todo el aforo, porque nosotros nos sentamos allá en lo más alto, donde casi me da vértigo mirar al escenario, pero… ¡tan bien que estamos! Por ejemplo, rápidamente detectas el sonido que corre y te llega fácilmente y el que no.
Y resulta que muchas de las críticas a la sonoridad de este lugar vienen de asientos «privilegiados» vamos, más cercanos y en teoría mejor situados al escenario, claro está que todo depende de lo que vengas a escuchar.
Es evidente que, para ciertas personas, se sienten donde se sienten todo estará mal… para quien lo entienda.
Miren, nosotros somos de «AFICIÓN» y siempre lo hemos sido, y del sentir de la persona que tenía que estar de pie viendo la representación, y pasando frío todo lo habido y por haber, y otras cosas peores.
¡Con todos esos condicionantes, tenías que tener mucha AFICIÓN! y aun así y en estas condiciones…, con partitura completa bajo el brazo caminito del teatro, y esta, bastante aprendidita, ¡eeeeeeh!. y no para cantar, sino para escuchar.
¿A qué se asemeja lo que cuento…? a la afición del futbol, claro que sí, les tengo verdadera envidia sana. Sufren esperas interminables, frío, calor, todo tipo de inclemencias, la mayoría no tienen los mejores asientos, y eso que hasta no hace mucho, había una parte que estaba de pie todo el partido, pero ahí estaban y están, con el equipo, con el CLUB. Hacen sus críticas, pues claro que sí, porque estas son de corazón para bien del equipo, porque de tanto ir a los partidos, de tanto leer los diarios, de tanto informarse sobre todo lo relacionado con el equipo y su club, tratan de saber lo que dicen.
Van al estadio, lo valoran, al igual que a su club a sus jugadores, son una inmensidad de socios.
Normalmente y dentro de lo que pueden, lo que se les pide, aportan.
Valoran a los profesionales que vienen, aunque les ganen… suelen ir con su «partitura» a cada partido y saben bien de qué hablan, ¡claro que hay de todo! Pero en general saben de lo que hablan y su idioma está en nuestro día a día.
Hablando de la actividad musical y en especial cantora, tenemos nuestro club: ABAO y nuestro estadio el Auditorio Euskalduna, apoyemos y defendamos nuestra mejor posibilidad de disfrutar de la ópera más cercana que tenemos, porque en mi opinión lo hacen bien.
¿Se comenten errores? ¿Y quién no los comete?
Críticas ¡sí! ¿Por qué no? Pero constructivas y no mal intencionadas y destructivas sin ningún fundamento a demostrar.
¡¡¡ Qué envidia sana, la del futbol, eso es afición por una actividad!!!
¡¡¡ Hagamos mayor nuestra afición por la ópera!!!
(Imagen de cabecera: Palacio Euskalduna, Bilbao. Photo: Andreas Praefcke)