La realidad es que todo tiempo debería ser para conformar la voz y no para deformarla, pero… por desgracia no sucede así.
Nos empeñamos en transformar, el tiempo de conformación de la voz, en tiempo de deformación de esta.
Ejemplo: Los niños chillan constantemente durante el transcurso de sus juegos, lo hacen de manera espontánea ante situaciones límite, sustos, emociones etc.
La voz del niño no tiene porqué sufrir en absoluto, está chillando de manera espontánea y es lo que tiene que hacer y le pide su cuerpo hacer en ese momento y de esa manera.
Está CONFORMANDO hábitos respiratorios y lugares de resonancia y con ello sonido, sonido espontáneo y natural.
Si ese mismo sonido que el niño puede repetir de manera espontánea mientras juega, se lo hacemos repetir cantando en un coro, haciendo esas repeticiones tan absurdas y dañinas que no sirven para nada, como sucede en innumerable cantidad de ocasiones, el niño en este caso, se dañará rápidamente.
Está deformando la voz.
Se le está exigiendo hacer algo de manera consciente que no sabe hacer (y no lo sabe hacer, entre otras cosas, porque nadie se lo ha enseñado), esto le implica mucha tensión muscular y automáticamente, DAÑO.
Esto una y otra vez, como decíamos anteriormente, genera DOLENCIA.
Hemos puesto un ejemplo en el que el niño canta en un coro, sin un control previo para poderlo hacer, en las óptimas condiciones para él.
Claro que está bien que los niños canten en un coro infantil, y los adultos en un coro o donde les apetezca, siempre y cuando, se les enseñe a hacer las cosas de manera correcta, algo que por desgracia no es lo que predomina.
Como siempre, en unos lugares se hacen mejor las cosas y en otros peor, hay que estar alerta.
Mi consejo es que se tenga mucho cuidado con el crecimiento vocal en general y en especial, con el del niño, que no queramos correr mucho en dicho crecimiento, esto no sirve para nada bueno, todo debe de ir a su debido tiempo.