Es una práctica muy común el observar a todo tipo de voces fuera de su tesitura, en este caso me voy a centrar en las voces graves.
Es más que alarmante la poca formación que se suele tener dentro de las voces agudas en relación a su zona grave, vamos que, si se puede evitar esta zona, se evita, y da igual lo que ponga en la partitura, hacemos «el arreglito de turno» y a continuar.
La mayoría de los estudiantes e incluso muchos profesionales también, constantemente su preocupación son las notas agudas, y evidentemente que tienen su importancia, pero también sus notas graves.
La voz tiene tres partes básicas donde se asienta, y luego otras más, pero las más importantes son la zona grave, media y aguda.
Es evidente que si la voz no tiene correctamente desarrolladas estas tres partes no estará equilibrada.
Si observamos el mundo profesional, nos daremos cuenta rápidamente cómo tanto sopranos como tenores evitan las zonas graves y pasan por ellas como «de puntillas».
Una cosa es que no se les exija en dichas notas lo que no tienen y otra muy diferente es que dichas notas prácticamente no existan para ellos. Y todo ¿en aras de qué?… pues de las notas agudas.
Esto no está bien y genera un canto poco uniforme y carente de belleza en dichas zonas graves con lo que esto conlleva para el resto de la obra.
En cuanto a las voces medias, tanto barítonos como mezzos también se inclinan por destacar más en las zonas agudas, dejando sin atender correctamente a las zonas más graves y esto es bastante más «grave » que lo que sucede en las voces agudas, ya que los barítonos y mezzos están consideradas como voces graves en referencias a las agudas.
Y el colmo ya es observar como bajos-barítonos, bajos y contraltos tienen las zonas graves con problemas…
Para quien lo entienda. ¡¡¡Pero hacia dónde vamos en este circo!!!