Es muy fácil estresarse hablando y hablar estresado es muy habitual.
En realidad, ambas cosas son muy habituales.
Hay muchas personas que se estresan por hablar mal, ello conlleva un deterioro importante de la voz y un contínuo estrés cada vez que esta se utiliza.
Es un problema que siempre irá a más, si no tomamos las medidas adecuadas ante ello.
Como decíamos en el artículo anterior, si yo tengo una forma de expresarme muy impetuosa, quiero que mi voz me acompañe en el empeño y que me ayude a transmitir mi ímpetu hacia los demás.
Podemos tener una voz que nos acompaña adecuadamente en la tarea, o no.
Normalmente se suele tener esa voz que acompaña a esa manera de emitir un mensaje y que no deja de ser, creo yo, una manera de expresarnos conforme a como es nuestro temperamento.
¿Qué suele ocurrir con esta buena herramienta que nos ayuda a darle nuestro temperamento a un mensaje?, que abusamos de ella y de su poder.
No entendemos bien el funcionamiento de esta herramienta y creemos que siempre nos responderá como lo hace cuando está bien.
Y ¿puede estar mal en algún momento esta herramienta?¿Puedo ir perdiendo capacidad en esta herramienta?
Parece que somos muy conscientes de que físicamente vamos perdiendo facultades en algunas actividades, pero en relación a la voz, no somos conscientes en absoluto.
También pensamos que le podemos exigir todo lo que queramos, sin tener que prepararnos para ello.
Nada más lejos de la realidad.
Si uno quiere exigirle a un órgano de su cuerpo, un correcto funcionamiento, tendrá que preparar dicho órgano, para que funcione de manera adecuada ante estas exigencias.
De no ser así, este órgano comenzará a no funcionar correctamente y comenzarán los problemas.
Siempre digo, que, en una proporción enorme, suelen enfermar las voces con mejores condiciones naturales.
Esto se produce simplemente, por un incorrecto y excesivo uso de la voz, debido al gran desconocimiento que se tiene en general sobre ella