Recuerdo mucho y con agrado, los exámenes orales, la verdad es que siempre se me dieron bien.
Me gustaban mucho, bastante más que los escritos.
Me parecían como una función de teatro, además de saber bien el contenido a desarrollar, también debías saberlo expresar de manera correcta, aquello creo que me marcó mucho, y estoy hablando de una edad bastante temprana, siendo muy niño.
Por ejemplo, recuerdo los prolegómenos de alguno de aquellos exámenes, incluso el lugar. De los exámenes escritos de niño, tengo menos recuerdos tan especiales.
También recuerdo de la infancia, con mucha satisfacción, las lecturas en voz alta que teníamos que hacer, eran francamente bellas.
En este curso pasado, hemos tenido bastantes clases con lecturas en voz alta, sobre todo en referencia a los alumnos más directamente relacionados con el teatro.
Esta práctica dice mucho de la persona. Es un auténtico desnudo y exposición de muchos valores.
Al igual que nos dice mucho de una persona, su forma de comer y en ello, uno de los órganos que tiene mucha influencia, es la mandíbula; de la misma manera, la declamación y el canto, también nos dicen mucho de la persona que los ejecuta y son también, la mandíbula junto con la lengua, órganos fundamentales en dicha actividad.
Como decía, leer en voz alta, es un muy buen ejercicio para nuestro cuerpo, nos dará oportunidad de poder observar cosas que hacemos mal cuando hablamos y de las que no somos muy conscientes.
Por ejemplo, lo mal que respiramos, consecuencia de ello, lo mal que utilizamos la voz, pues esta, es aire, aire a presión.
Por ende, el mal sonido que sacamos y por tanto lo mal que pronunciamos, y lo limitados que estamos en hacer llegar nuestro mensaje.
Leer en voz alta, te ayudará mucho en relación a tu manera de expresarte y comunicarte con los demás.