No me cabe la menor duda, que podemos hablar de lógica y sobre todo de la lógica que nos parezca, cuanto nos venga en gana.
Creamos nuestra propia lógica, basada en nuestro conocimiento o más bien ignorancia y … andando.
Como ya hemos escrito en otros artículos, sobre la voz opina casi todo el mundo, con un desconocimiento monumental y crean su propia lógica.
Yo a este fenómeno lo llamo, la lógica del desconocimiento.
Mucho de toda esta lógica del desconocimiento y que evidentemente no tiene ningún fundamento demostrado, crea leyendas.
Leyendas francamente absurdas, pero… ahí quedan.
Puedo recordar aquel director de coro que le decía a sus coralistas la barbaridad de que no debían comer chocolate o cosas dulces, previo a un concierto, porque el azúcar se les podía quedar pegado en las cuerdas vocales.
Bueno pues esta semana, una alumna que reflexiona mucho sobre la voz y que, en verdad, no me extraña que reflexione mucho, con la cantidad de barbaridades que le han dicho, me ha preguntado ¿si podía cantar con tacones? Pues le habían dicho que no podía.
Yo ante estas cosas, al principio se me encendía una mala le…
Después se me quedaba una cara de póker que para que contar…
Ahora, suelto una sonrisa amable, me trago la mala le…, disimulo la cara de póker y trato de no hacer sentirse mal a la persona que ha vivido tratando de hacer suya y comprender, toda esta lógica del absurdo que le han metido en la cabeza.
Si le quitamos hierro al asunto para no asustarle, le decimos que, si los tacones son de metro y medio pues… que le faltaría un tanto de estabilidad, pero que, si no son de metro y medio, ya nos podemos quedar más tranquilos y que claro que puede cantar con tacones.