Normalmente, cuando a un alumno se le está corrigiendo una posición de voz «tragada» y tras la corrección comienza a emitir de forma más potente y clara, de las primera cosas que va a decir es si está chillando.
El chillido fácilmente clasificable para casi todo el mundo, es el de un sonido desgarrado y sobre todo realizado a sabiendas de que es desagradable, es el utilizado como burla, etc.
Ese tipo de chillido se distingue fácil y normalmente, a no ser que queramos provocar risas o espanto, no lo hacemos cantando.
Pero… ¿y el chillido que se produce al tragarnos la voz?, o lo que es lo mismo, estando lejos ésta de su lugar de resonancia, y queriendo con ello ir a notas extremas, salen unos chillidos… que vamos, espanto es poco lo que dan y…sin problemas, tan convencidos de que son sonidos maravillosos.
Como nos estamos oyendo mucho y de la misma manera que siempre pues.., y como también creemos que la voz que nos oímos, la de toda la vida es «genial», pues… entonces no nos planteamos si chillamos, eso sí, cuando comenzamos a realizar buenos sonidos, nos planteamos si estamos chillando o no.
Esto es normal, pero que quede claro, que cuando estamos empezando a realizar sonidos buenos y quitando malos, normalmente sucede que:
Si te oyes mucho y como siempre… estás haciéndolo mal.
Si te oyes extraño, pero estás cómodo…lo estarás haciendo bien.
Es evidente que al alumno hay que decirle lo que estamos oyendo, porque él no puede oír cómo está emitiendo el sonido. Pero claro, esto ya lo hemos comentado con anterioridad, lo vuelvo a comentar.
Los que primero tenemos que tener claro cómo debe sonar una voz para que no se dañe y crezca y mantenga un óptimo rendimiento, somos los que estamos escuchando a la persona para ayudarle en su formación.
Pero claro… tralaralalera tralaralara… ¡¡¡uy!!! Se me ha ido el hilo de lo que estaba hablando… ¡bueno cada uno que saque su conclusión!.
jajajaj!!!
Totalmente de acuerdo!!