Hemos terminado el último artículo nombrando el repertorio como una ayuda inestimable para ayudarnos a saber cuál es nuestra voz.
Y es así, en este artículo os voy a comentar diferentes partes de una obra y sus connotaciones en relación a las voces que las pueden interpretar, las que suelen interpretarlas y las que en mi opinión deberían interpretarlas, por desgracia no siempre coincide la voz que debe interpretar una obra y la que la interpreta.
En las primeras obras que os cito, podemos observar bastante bien todo lo relacionado con la voz de contralto-mezzo.
Las obras pertenecen al Gloria de Vivaldi (Gloria RV 589) y son el Domine Deus, Agnus Dei y el Qui sedes ad dexteram Patris.
Las dos obras se indica que son para contralto y con fijarnos un poquito en su escritura, tanto de la voz como del acompañamiento, podemos observar fácilmente que estas dos obras se parecen bastante poco.
Si observamos con detenimiento la parte vocal del Domine Deus, Agnus Dei, podemos ver que en general, en el conjunto de las notas a cantar, la cantante se mueve en una zona más grave que en el Qui sedes ad dexteram Patris.
Si miramos la mano derecha del piano, tanto su configuración rítmica, como armónica, está dando fuerza y exigiendo una voz grave y con cuerpo, con mucho color en esa zona grave y media, esta escritura rítmica, está exigiendo un movimiento lento y legato y con mucho color e intensidad, si no se es contralto, esto no se consigue ni forzando, ni engolando ni abriendo el sonido y si se es contralto, esto será un placer hacerlo y crear toda esa intensidad de color y sonido.
Y en lo referente a la mano izquierda del piano, esta ratifica con su extensión hacia el grave lo antes mencionado.
Es una obra de contralto clarísimamente y en la que, si se canta sin ser contralto, si la canta una contralto-mezzo, no sonará todo lo bien que debiera, estará o bien con el sonido engolado o bien con el sonido abierto perdiendo las virtudes que antes hemos mencionado de una correcta interpretación.
Claro que la puede cantar la contralto-mezzo, pero no sonará como si la canta una contralto.
Para que cante una contralto-mezzo y nos muestre mucho más su potencial, tenemos la siguiente obra, el Qui sedes ad dexteram Patris, que paso a comentaros en el siguiente artículo.