Al final de la tarde del pasado jueves 3 de octubre asistimos a la conferencia del maestro Eduardo Laher titulada “EL PRINCIPIO DE TU VOZ” en el Círculo Vitoriano, fue amena, interesante y muy didáctica. Esa misma mañana tuvimos la oportunidad de oír por radio la entrevista que le hizo Susana Marqués Iraurrizaga, periodista de Onda Cero Vitoria en la que adelantaron algunos de los temas relacionados con la voz que se desarrollarían por la tarde en dicha conferencia.
Hago un pequeño resumen de lo que el ponente expuso en relación a la voz de cada uno y a la voz en general:
Nacimiento
“Desde el nacimiento hay una necesidad, la respiración, que aparece seguida de sonido, después vamos creando más sonido y perfeccionando la respiración. Nacemos con una identidad vocal, esa es la que desarrollamos y teniendo todas las posibilidades de cantar bien.
La voz es ‘Aire a presión’ y ese aire a presión también lo utilizamos en la tos, la carcajada y el vómito. En relación al sonido, la presión del aire hace que este llegue a su lugar de resonancia, la cara, a sus senos paranasales, esfenoidales, etmoidales, maxilares y frontales. En el tracto faríngeo y en la laringe tenemos algo de resonancia y en las cuerdas vocales también, pero es en muy pequeña proporción, más del 90 por ciento de nuestra voz suena en la cara.
Seguimos con ese bebé que tiene de nacimiento desarrollados los senos maxilares y etmoidales y continúa desarrollando su capacidad respiratoria, sus pulmones, a la vez que continúa desarrollando dichos senos. Después empieza a hablar, y no existen voces blancas ya que tenemos un color de voz desde que nacemos y por ese color es por el que se deben catalogar las voces, no por donde llega dicha voz.
En el color de la voz, el timbre, es una característica muy predominante, es cierto, sin embargo existen muchas otras características que no son menos importantes, puesto que influyen sobre ese timbre, por ejemplo, influye cómo es la persona, cómo es anatómicamente (sus senos y su capacidad respiratoria), las causas psicológicas, su forma de ser, sus nervios, su carácter, su temperamento, … todo eso conforma el color de la voz, es nuestra identidad vocal, nuestro DNI vocal y es único en cada persona. Todas las voces se asientan en tres patas básicas que tienen que funcionar bien: el registro grave, el medio y el agudo, luego hay más, más arriba (sobreagudo) y más abajo, si alguno de esos registros no funciona bien, contamina a los demás.
Juventud
Llegamos al joven que ya tiene la formación de los senos al completo, incluido el frontal, y tiene una capacidad de aire suficiente, aunque como persona se tiene que seguir desarrollando.
Utilizamos nuestra voz para el habla, la declamación y el canto, en este orden va aumentando la presión del aire que necesitamos para realizar las tres cosas. Se habla donde se canta y viceversa, utilizamos la voz cantada para sanar la voz hablada, de hecho cuando yo empecé a estudiar aprendí que la voz hablada es sumar y la cantada dividir.
Edad Avanzada
La voz con la edad no decrece, sufre unos cambios, varía nuestra verticalidad y perdemos musculatura, pero todo esto sólo se vería reflejado en las notas extremas, en el resto de la tesitura, si se ha hecho un buen trabajo vocal a lo largo de la vida, no influye para que decrezca. No en vano tenemos ejemplos de personas de 92 años cantando ‘La donna e mobile’ “
Llegó el turno de las preguntas, éstas dieron pie a hablar de la catalogación y sus dificultades, de la influencia del estado de ánimo en la voz, del famoso Do de pecho, de la tensión a la que sometemos al cuello innecesariamente, de la mueca del sobreagudo para fijar el sonido delante, de la sutileza de los sonidos graves y se amplió la definición del color de la voz.
Como conclusión final para nuestra salud vocal nos quedamos con las siguientes palabras expuestas hoy:
“En el canto siempre hay que ir a favor de natura, cada uno tiene que explotar sus recursos naturales, no los de otros”
Gracias a todos los asistentes, al Círculo Vitoriano por su colaboración, a los que ayudaron especialmente y a Eduardo Laher que, como siempre, compartió con todos los allí presentes sus conocimientos y enseñanzas del apasionante mundo de la voz.