Para una persona, crear buen sonido es importante, sea con el instrumento que sea.
Si este sonido lo creas, con y a través de tu cuerpo, la sensación es indescriptible.
En nuestro propio cuerpo obtenemos todas las resonancias que necesita ese sonido al pasar a través de todos los órganos necesarios y, sobre todo, en la relación más directa con nuestro cerebro que se puede tener como instrumentista.
La expresión mediante el canto es algo maravilloso y al alcance de todos.
Para quien no lo haga, yo le planteo que se pregunte si le gustaría hacerlo, como mínimo intentarlo, pero eso sí, de una manera correcta.
De una manera correcta significa hacerlo con todo respeto hacia uno mismo, eso implica realizarlo en el momento, en el lugar y con la compañía adecuada.
A veces queremos empezar y les damos a escuchar nuestro comienzo a personas que emitirán un juicio sin validez ninguna para bien, y mucha para mal, esto simplemente se produce por pura ignorancia.
Toda persona merece respeto y la que comienza una actividad más, y por lo que yo sé, en esta de forma muy especial, en grado sumo.
Ponerte a cantar y más delante de otras personas, es una forma de mostrar algo muy íntimo a los demás y requiere, como hemos dicho anteriormente, respeto.
Cantar es recibir mucho y dar más, los beneficios que aporta son innumerables, es una auténtica fuente de riqueza física y mental inacabable.
Por desgracia hablar defectuosamente no suele conllevar mucha preocupación, es más, es como muy «in» estar un poco ronco, te da un «plus de interesante» oigo en algunas ocasiones. Así estamos.
Como hemos dicho en anteriores artículos, solo cuando llegamos a la dolencia, somos capaces de darnos cuenta que tenemos un auténtico milagro en nosotros como es la voz.