La posición de emisión vocal de sonido, tanto en la declamación como en el canto, nunca es la misma, siempre varía en algo.
Esto es así, afortunadamente, porque la voz continúa creciendo en su proceso de desarrollo y siempre hay que estar pendiente de ello.
Normalmente el alumno más perezoso, lo que desea es conseguir una posición y que de ahí no se mueva y cuando se mueve, ya comienza a pensar que está mal lo que está haciendo.
La emisión vocal es un reto diario, el canto es un reto diario, un reto de mejora y superación personal y para ello la posición tiene que cambiar.
Cuando se está aprendiendo, hay muchos momentos en los que la voz da un paso atrás y hay que poderlo observar y corregir.
Eso no significa que todo lo que estamos haciendo esté mal, simplemente, hay una parte que todavía le cuesta estar en el lugar nuevo de emisión y evolución.
Cuando se canta como profesional, esto continúa pasando, claro que ya se tienen unos mínimos más altos y con ellos se puede uno defender bastante bien, pero cuando se busca el crecimiento continuo, no te debes estancar en los mínimos, aunque éstos sean suficientes para una audiencia, no lo deben de ser para ti.
Cada día en nuestra vida es completamente diferente y por ello, nuestro cuerpo también está diferente a como está el día anterior, evidentemente la voz, también.
El poder de indagar y observar cómo está la voz en cada momento y así trabajar con ella, es un auténtico aprendizaje contínuo.
No tiene que verse esto como una incomodidad, más bien como un constante reto o motivo de superación.
Todos estos cambios que se producen en la voz, están relacionados y nos van haciendo conocer mucho mejor nuestro aparato fonador y en general nuestro cuerpo.
Con toda la paciencia del mundo, pensar siempre, en qué os va a deparar la voz cada día que afrontáis una sesión de canto, tanto bueno como malo, pues de todo se aprende, analizarlo y comprenderlo.
Con ello vuestra sesión de canto habrá sido muy beneficiosa, aunque no os de esa impresión.