Cuando nos metemos en desconcierto, lo hacemos del todo, ¡faltaría más!
Comentaba en un artículo anterior lo importante que es ser humilde en esta profesión, como en todas.
Pero cuánto ego destila esta profesión… y las partituras no se pueden quedar fuera del alcance de este ego.
Comentaba también anteriormente la importancia de la cabeza, y es que cuando el cantante afronta sin cabeza una partitura para la que no está preparado pues…… pasa lo que pasa.
De nuevo una cantante mezzo-soprano actúa cantando una obra de soprano.
No voy a ser yo quien diga que esta cantante mezzo soprano tiene poca cabeza, para nada, y por ende, muy buena cantante técnicamente y por si fuera poco, generosa y valiente en repertorios que no hace prácticamente nadie.
Lo que digo en contra es que yo no voy a encontrar el color de soprano en la voz del personaje que esto requiere y es una partitura escrita para soprano, como tal nos perderemos la ejecución correcta en cuanto a todo lo que puede dar una voz de soprano en ese personaje y que no lo puede dar una voz de mezzo.
Se está hablando mucho sobre un tenor que parece tener cierto color baritonal en la voz. He leído palabras suyas diciendo que su centro es primordial para él, sobre todo en relación a su registro agudo y que él asumía que este registro medio tiene color baritonal.
Esto ya si que no lo puedo entender.
Puedo hacer sobre estas manifestaciones un montón de preguntas, pero hago esta ¿si el centro es de color baritonal y el agudo tenoril, la línea de canto dónde queda?
De verdad que sería mucho mejor que, de ser así, cante las partituras de tenor con el color de barítono totalmente, por lo menos tendríamos una línea de canto homogénea y no llena de colores diferentes por todos los lados, pero evidentemente tendríamos un «instrumento» sonando de la manera que no debe y donde no debe.
Pero y ahora ¿Qué tenemos?
(Imagen de cabecera: Salzburger Festspiele 2012 – Magdalena Kožená und Jonas Kaufmann in Carmen, Autor: – Salzburger Festspiele)