Hoy agradecemos a Diana que comparta su experiencia con todos nosotros a través del blog, esperamos que os guste y disfrutéis leyéndola, porque lo cuenta tal y como es ella, de manera natural y entusiasta.
Para nosotros es un placer haberle ayudado a acercarse más al canto y estamos muy orgullosos de que a día de hoy siga en este camino, para ella y para nosotros, tan bonito y reconfortante. Cada cantante es especial, su voz y cada uno como persona también, por eso es importante poner atención en la comunicación que establecemos con ellos y mucho más que Eduardo les trasmita conocimientos musicales haciéndoselos llegar a través de su forma de ser.
Por todo esto se establece un lenguaje personal e individual para cada uno de los alumnos, Diana, a través de su testimonio, explica su relación con la voz y sus logros musicales. Estas experiencias y vivencias con la voz, nos llenan de satisfacción y creemos que lo que cada uno de los alumnos cuenta puede ayudar a los demás por similitud o disparidad de experiencias.
Así pues, desde Anacrónica, queremos agradecer nuevamente a todos el compartir su experiencia con nosotros. Sin más dilación, os dejamos con las palabras de Diana hablando de su experiencia.
La voz, cuando tu alma vibra
Toda la vida había querido cantar pero, como nos pasa a todos en alguna parcela de nuestra vida, lo había ido posponiendo en pro de otras formaciones más «prácticas».
Desde el primer momento que atravesé el umbral de la puerta me sentí en mi casa, si le sumamos el trato cercano, humano y humilde de Ana y Eduardo, se juntan los ingredientes necesarios para crear un clima de confianza tan necesarios para abrirse y cantar. Porque si algo he redescubierto, es que cantar es mostrarse, abrirse en canal y ofrecer todo lo que eres.
Dar pasos con mi voz bajo la directriz de Eduardo ha sido un camino multidisciplinar, enriquecedor, sorprendente, precioso…
No sabemos cuánto valemos, cuánto podemos dar de sí hasta que no nos metemos de lleno en faena.
Con un buen guía que sepa medir la intensidad, el ritmo, que sepa entender más allá de la voz, la persona. Porque no es una cosa sin la otra y ambas sólo se refuerzan si hay una sensibilidad, empatía y visión amplia tanto de la música como del ser vivo que somos.
Tanto el bagaje, conocimientos e inquietudes de Eduardo junto con la inestimable ayuda de Ana me han brindado la oportunidad constantemente de conocer y participar de maneras muy diferentes y valiosas en el mundo de la voz, la música y el mundo de las artes escénicas.
Este recorrido, que ya no tiene freno, ha sido la inmersión en un mundo que desconocía, lleno de talentos, de cualidades por descubrir y de un círculo de gente maravillosa que siempre tiene novedades que aportar.
Mentiría si dijese que hay trampa. Apostar por desarrollar mi personalidad a través de mi voz, es lo más práctico que he podido hacer por mi felicidad.
Si tu alma quiere vivir, hay que dejarla vibrar.
NOTA IMPORTANTE: Eduardo Laher y el dominio Eduardolaher.com no es responsable de las opiniones vertidas por los participantes del blog, tanto en artículos, chats o comentarios. Así mismo Eduardo Laher, en su blog, eduardolaher.com, no asume garantía alguna sobre la veracidad, exactitud o actualización de las informaciones, aportadas por dichos participantes, en él contenidas.
Suscribo cada una de las palabras de Diana