Cantar fácil es hacerlo de la manera más natural posible, todo a favor de natura.
Hoy veía y escuchaba en un concierto cómo una alumna debutaba ante el público como solista y como les suelo tener muy cerca y quiero dirigirles siempre que puedo pues… viajas en el mismo barco. Haces tuyo sus gestos, sus nervios, su respiración y… vamos te falta ponerte a cantar… y si hay que hacerlo para apoyar… pues ahí estoy, pero… ha defendido la obra maravillosamente bien, con mucha valentía y dejando hacer a su aparato fonador y respiratorio lo que ya sabe hacer y que sólo hasta llegar a situaciones así, no nos creemos que sabe hacerlo.
Pues claro, para eso nos preparamos, para que el cuerpo luego lo haga automáticamente y si le hemos preparado para que lo haga bien lo hará bien, con sus más y sus menos, porque la situación no es la misma que a la que estamos habituados, pero hemos trabajado bien y adquirido unos mínimos que son los que nos permiten poder afrontar el debut ante un público con un mínimo de garantías de hacerlo bien.
Lo aprendido y puesto en práctica es dejar al cuerpo que haga la función de cantar de la forma más natural que pueda.
El canto estudia, entre otras cosas, la facultad de quitar los impedimentos que nosotros ponemos al paso del aire y sus repercusiones.
Técnicamente vamos avanzando y gran parte de esa técnica es una gran dosis de relajación corporal; claro que hoy nuestra soprano estaba nerviosa, normal y también necesario, pero su cuerpo ha mantenido la suficiente relajación para permitirle cantar con bastante más de los mínimos ya aprendidos.
Por ejemplo, hay un momento cuando se produce el comienzo de la obra, sobre todo en personas muy nuevas en actuaciones solistas, en que se entra bien en la obra, con la frecuencia respiratoria controlada, pero cuando tenemos que hacer varias respiraciones más, empezamos a perder esa frecuencia respiratoria por unos instantes; es un momento clave, y nuestra soprano ha retomado su frecuencia respiratoria correctamente y todo ha vuelto a su lugar, en ese momento el corazón baja de pulsaciones y todo comienza a estar más claro y el cantante se «viene arriba».
También hay casos en que la rotura de la frecuencia respiratoria es total y hay que parar, no pasa nada, se para y si se puede, se retoma o se le apoya cantando.
Ese momento en que todo esto sucede se puede preparar hasta un punto, luego sólo teniendo a la persona afrontando esas circunstancias, es como se puede saber su reacción.
Como alumna principiante y con un largo camino que recorrer en este aprendizaje del canto puedo decir que ciertamente por mucho que te sepas una canción de memoria, en momentos de nervios ante el público (que ya he osado a cantar para otros), cuando no puedes controlar tus pulsaciones y por tanto tu respiración, es cuando te das cuenta de qué partes de la técnica (a tu alcance) has trabajado bien, y cuáles no.
Creo que es muy importante cantar para el público para seguir aprendiendo.
Gracias Eduardo por tus artículos!