Que nadie se adueñe de nuestra voz. Es nuestra.
Que nadie se adueñe de nuestro canto.
Todo canto es bueno si se hace bien.
Si se hace bien no daña.
Si no daña crece y hace crecer.
Su crecimiento será ilimitado.
El límite lo pondremos nosotros.
Que nadie nos niegue cantar.
Que en lugar de juzgar cómo cantamos,
nos ayude si sabe y sino, que calle.
Que calle y escuche, aprenderá algo más que juzgar sin saber.
Sentir la necesidad de cantar, es eso… una necesidad.
Lo hacemos todos en algún momento y no hay por qué avergonzarse de ello.
Cantar no es patrimonio de los profesionales del canto.
Cantar es patrimonio de todos.
También es patrimonio de todos cantar bien.
Hablar un poco más alto no es cantar, ni tampoco hablar deprisa.
Tampoco chillar es cantar.
Si te cuesta cantar, tienes una carencia.
También tienes en tu mano y de manera sencilla dejar de tenerla.
Si te gusta cantar y lo haces para ti y te gustaría hacerlo para los demás pero no puedes…
También está en tu mano solucionarlo!
No te fíes de nadie que te diga así de primeras que no tienes oído porque no sepas reproducir con tu voz lo que estás escuchando.
Oír es una cosa y saber reproducirlo otra.
Huye de quien no te demuestra lo que imparte.
Pregunta, pregunta, pregunta y… pregunta más y más.
En la voz todo tiene que ser lógico y si no es así, algo no está bien.
El mundo profesional de la voz en muchas ocasiones, y debido a ciertos personajes, que para nada reflejan la generalidad, da una imagen desvirtuada de lo que en realidad puede y debe aportar la voz y el canto a una persona.
Cantar es salud, canta y te sentirás mejor